Kreustzfeld Jakob (proyecto que podía ser escrito asimismo con letras C sustituyendo a las letras K) nació en los 80, en Montreal, Quebec, calle Hutchison, en el tercer piso de un apartamento enorme ubicado en el barrio judío de la ciudad. Eramos un dúo, Yves Lapierre y yo, pero de vez en cuándo se unían amigos a la voz y a la guitarra, aunque por lo general tocábamos solamente los dos con un cassette, dos lectores de CD con una función de loop, un bajo, baterías electrónicas, teclados DX7 y DX27, guitarra, oboe, clarinete y guitarras preparadas. Grabábamos con un Tascam 4 pistas; tocábamos la primera parte y la transferíamos al cassette, entonces tocábamos por encima de esto que servía de referencia hasta encontrar lo que buscábamos.

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Nos juntábamos los jueves, que era día de cobro e íbamos a comprar algún que otro efecto como una reverb, delays, distorsiones; aprovechábamos también para echar un trago y pasábamos horas probando y grabando. Tocamos durante dos o tres años sin sentir la necesidad de sacar esta música fuera de nuestro taller, ni de hacer shows ni de distribuir cassettes, excepto a una o dos personas que sabíamos que podrían interesarse. 

Escuchábamos la misma música, teníamos influencias de Cassiber o de un disco de Fred Frith del que no recuerdo el titulo y del futurismo, del surrealismo y de la música industrial; bebíamos la misma cerveza, el mismo alcohol, estábamos sintonizados. Luego sucedió lo que tenia que suceder y nos desinteresamos de la música para simplemente vivir e ir a conciertos, a fiestas en lofts, a cenas con amigos y amigas, a exposiciones y a buscar trabajo, ya que las cosas se pusieron mal... Yves trabajaba en serigrafía, de vez en cuando yo lo ayudaba, y ya no teníamos tiempo de vernos para tocar. 

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Nacieron mis hijos, él hizo curas de desintoxicación, y tuvo la mala idea de morir hace cinco años cuando la vida volvió a sonreírle. Decidí a modo de homenaje desempolvar aKreusztfeld Jakob. Teníamos esa idea fugaz de volver a juntarnos para hacer ruido algún día...

Cada vez que toco siento que me falta una parte, otra capa de sonidos que vendría acompletar lo que intento vanamente de concretar.